El elevado coste de las sanciones para Europa y Rusia
La crisis de Ucrania llega en medio de una evidente ralentización de las mayores economías, después de que el efecto placebo de los planes de estímulo masivo ya haya desaparecido.
La crisis de Ucrania llega en medio de una evidente ralentización de las mayores economías, después de que el efecto placebo de los planes de estímulo masivo ya haya desaparecido.
Mientras los EUA intentan ampliar la OTAN a la vez que intensifica las tensiones con Rusia, la organización se enfrenta a presiones internas, ya que algunos países miembros no están de acuerdo con la agenda de ruido de sables de Washington.
Un mundo de naciones socialistas sería un mundo de guerra incesante. He aquí la razón.
Lo que deberían hacer los políticos de EEUU en interés del pueblo americano es obvio: quedarse en casa, salvar vidas.
Robert Taft luchó contra la conscripción militar en 1946, declarando: «Si se adopta, coloreará todo nuestro futuro. Habremos luchado para abolir el totalitarismo en el mundo, sólo para instaurarlo en Estados Unidos».
Lo más triste de toda esta crisis fabricada es que no hace ninguna diferencia para nosotros que Rusia controle Ucrania. ¿Cómo es eso una amenaza para los Estados Unidos?
El historiador Allen C. Guelzo cree que el mayor crimen de Robert E. Lee fue traicionar a su país natal.
Tuvo la melancólica suerte de aparecer en escena cuando el mundo se lanzó a por las armas a una escala sin precedentes y fue él quien, más que ningún otro hombre, desarrolló el mercado internacional de armas.
El movimiento antiguerra llevaba cinco años en coma, desde que Obama ascendió a la Casa Blanca. Pero la posibilidad de una nueva guerra en Siria revivió a los activistas moribundos.
Los EEUU y la OTAN deben hacer lo menos posible para contribuir al conflicto en Ucrania. Esto incluye especialmente seguir armando a Ucrania e insistir en que tiene un futuro en la OTAN.