Dos tradiciones de libertad de Serbia
No pensamos en Serbia como un país «libre», pero en el pasado hubo movimientos hacia un gobierno limitado. Desgraciadamente, los acontecimientos del siglo XX desbordaron los movimientos por la libertad.
No pensamos en Serbia como un país «libre», pero en el pasado hubo movimientos hacia un gobierno limitado. Desgraciadamente, los acontecimientos del siglo XX desbordaron los movimientos por la libertad.
Durante la mayor parte del siglo pasado, Argentina fue testigo de la destrucción causada por el colectivismo. Para revertir el daño, la nación debe permitir la descentralización, empezando por las ciudades libres.
Frédéric Bastiat murió antes de poder terminar Armonías económicas, pero lo que sí escribió es una importante promoción de la libertad.
Algunos críticos del mercado afirman que los mercados sólo son eficaces en condiciones casi imposibles de competencia perfecta, entre otras críticas. Deirdre McCloskey aborda estas cuestiones y otras más, como señala David Gordon en esta reseña.
Dado que el gobierno lo regula casi todo, no es de extrañar que las normativas prohíban a menudo la venta y el consumo de leche cruda. Como muchas otras normativas, estas prohibiciones reflejan favoritismo político, no la ciencia de la salud.
Mientras el presidente electo de Argentina, Javier Milei, planea privatizar empresas estatales, hay una forma correcta y una incorrecta de privatizar estas entidades. Murray Rothbard y Hans-Hermann Hoppe muestran el camino.
Henry Hazlitt, gran defensor de la libertad y la economía austriaca, nació el 28 de noviembre de 1894. Su libro más famoso, Economía en una lección, sigue siendo un éxito de ventas treinta años después de su muerte.
Los progresistas afirman que tal vez la libertad individual podría ser apropiada para una sociedad más simple, pero que a medida que la sociedad se hace más compleja, crece la necesidad del gobierno. Sin embargo, como señaló Leonard Read, una mayor complejidad requiere mayor libertad, no menos.
La humanidad progresó muy lentamente desde la caída del Imperio romano hasta casi el siglo XIX. Luego llegó la Revolución Industrial, que lo cambió todo.
Bastiat recordaba a sus lectores que el análisis económico no sólo implica lo que vemos en la superficie, sino también los costes que quedan ocultos a la vista.