El tabú contra la verdad: holocaustos e historiadores
De hecho, todos los grandes Estados del siglo XX han sido Estados asesinos, en mayor o menor medida.
De hecho, todos los grandes Estados del siglo XX han sido Estados asesinos, en mayor o menor medida.
Bob explica las aportaciones de Menger y Mises a la teoría monetaria. A continuación, aborda la crítica de David Graeber, quien sostiene que la historia de los economistas sobre el origen del dinero es falsa.
Lo que podemos llamar la «ilusión del gasto» es quizá el error más grave de la historia del pensamiento económico y ha estado profundamente arraigado en la economía desde principios del siglo XX.
Las leyes económicas representan el mundo real. No son ideologías ni objetos de culto. Estas leyes no son el producto de una lista de deseos ideológicos, sino que explican la producción y el intercambio.
Bob critica la reciente entrevista del padrino de la TMM, Warren Mosler, en la que argumentaba que las subidas de tipos de la Fed han estado alimentando la fortaleza de la economía.
¿Son más ricos los ricos porque trabajan más? El Dr. Jonathan Newman vuelve al programa para comentar el último vídeo de Robert Reich sobre el desmontaje de los mitos económicos.
Bob continúa su disputa con George Selgin, explicando por qué el supuesto periodo de libre banca en Escocia no demuestra que los bancos de libre mercado llevarían ratios de reserva bajos.
Estas razones o muy similares son utilizadas por los oponentes de una forma diferente de abolicionismo: la propuesta de que el gobierno tal y como lo conocemos —gobierno monopolístico, individualmente no consensuado por un grupo armado que exige obediencia y el pago de impuestos— sea abolido.
El concepto de derechos humanos ha sido corrompido por socialistas y asistencialistas. Por eso tenemos que fijarnos en pensadores como Murray Rothbard y otros que expusieron teorías basadas en los derechos naturales y los derechos de propiedad.
El movimiento de decolonización pretende destruir tanto la economía como la ciencia, todo ello en nombre de la justicia social. Al final, sin embargo, lo que consiguen no es justicia ni mucho menos orden, sino más bien caos, y un caos mortal.