Los libertarios no han venido a prometer a los seres humanos una utopía tecnocrática; hemos venido a traer a todos la libertad, la libertad de cada individuo para perseguir cualquiera que sean sus sueños para el futuro. O incluso no tener visión del futuro.
Trataré de mostrar que el debate «político» —qué forma debe adoptar políticamente una sociedad libre: anarcocapitalismo o gobierno limitado, es consecuencia de desacuerdos mucho más profundos, aunque no detectados.
El pensamiento político de Benjamín Constant, Alexis de Tocqueville, y Lord Acton fluyó de sus convicciones religiosas.
«El Estado promulga una legislación vaga y luego hace pagar al contribuyente por su interpretación».
Los conservadores siempre han creído que una vez que una nación se vuelve comunista está irremediablemente condenada —que el colectivismo, una vez adoptado, es irreversible. Yugoslavia, y hasta cierto punto el resto de Europa del Este, han demostrado que esto no es cierto, que el espíritu de libertad nunca puede extinguirse.
No se ha extinguido la idea de que considera la prosperidad de otras naciones como un peligro para el país propio, aunque la experiencia nos enseña todos los días que a la vista de la íntima interdependencia económica de todos los países cada Estado individual tiene un gran interés en la prosperidad de otros Estados.
Si sabemos contra qué era la Vieja Derecha, ¿para qué eran? En términos generales, fueron para una restauración de la libertad de la antigua república, de un gobierno estrictamente limitado a la defensa de los derechos de propiedad privada.
«La posición por defecto del mundo es el despotismo. En el panorama de las cosas, la libertad es la excepción».
Ch'ien fue uno de los primeros teóricos monetarios del mundo. Señaló que el aumento de la cantidad y la calidad degradada de las monedas por parte del gobierno deprecian el valor del dinero y hacen que los precios aumenten. Y también vio que el gobierno tendía inherentemente a participar en este tipo de inflación y degradación.
