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La próxima semana, a partir del 18 de septiembre, Mark Thornton impartirá un nuevo curso de la Academia Mises sobre Bubbles, Booms, and Busts. Para tener una mejor idea de algunos de los temas que se abordan en el curso, el Dr. Thornton respondió recientemente a preguntas sobre las teorías contradictorias de cómo se forman las burbujas y se producen las caídas.
Instituto Mises: Aunque los cargos oficiales y diversos expertos dejan claro que creen que los keynesianos pueden resolver la crisis actual, ¿tienen los keynesianos una teoría que explique qué causó la crisis en primer lugar?
Mark Thornton: Las teorías keynesianas del ciclo económico se basan en la idea de que los ciclos los causan los cambios en la demanda agregada. Sin embargo esta teoría no proporciona ninguna cusa puramente económica para los ciclos económicos. El instigador o causa en la teoría keynesiana es un factor psicológico que está dirigido por los llamados “espíritus animales”. Pequeños cambios en el optimismo y pesimismo de los empresarios y que afectan a sus decisiones de inversión pueden extenderse y crear una bola nieve fuera de control, causando agudos aumentos y disminuciones en demanda agregada, beneficios y empleo.
La solución general a estos problemas dentro del marco keynesiano es que la demanda agregada aumente o disminuya en el sector público, como sustitutivo del sector privado. El medio principal para aumentar la demanda agregada del sector público es aumentar el gasto público financiado con crédito en lugar de con impuestos.
El problema de la teoría keynesiana del ciclo económico es que los ciclos simplemente se producen o los generan factores exógenos azarosos. Con la burbuja inmobiliaria, la gente simplemente iba y construía demasiadas casas y luego se daba cuenta de que había cometido un error. En ese momento, los espíritus animales de la depresión se apoderaban de la economía y en particular los sectores inmobiliario y bancario entraban en picado. La explicación keynasiana de la burbuja inmobiliaria es correcta en que las expectativas se vieron impactadas psicológicamente de una forma positiva durante la burbuja y de una forma negativa después del crash y por tanto sí desempeña un papel en la explicación que describe el ciclo.
IM: Muchos economistas austriacos han presentado la teoría austriaca del ciclo económico como la respuesta a los defectos de la teoría keynesiana. ¿Hay otras teorías y ayudan a explicar el declive?
MT: Otra teoría se conoce como “teoría del ciclo económico real”. Según la teoría del ciclo económico real (TCER), la economía en general está influida positiva y negativamente por “sacudidas tecnológicas”, como nuevas tecnologías, sacudidas de mal tiempo y enfermedades, repuntes en el precio del petróleo y nuevas regulaciones medioambientales o laborales. La TCER sostiene que los mercados se liquidan y que el gobierno no debería responder a fluctuaciones a corto plazo, sino concentrarse en mejores a largo plazo en bienes públicos.
La TCER hace un buen trabajo al describir tanto la burbuja inmobiliaria como su posterior colapso. Por ejemplo, en la TCER la burbuja inmobiliaria se explica por cosas como la expansión de Ley de Reinversión en la Comunidad a finales de los 1990, el aumento en las ventajas fiscales para inmuebles residenciales y las nuevas evoluciones en la “tecnología” de financiación de la vivienda residencial, como los títulos con respaldo inmobiliario (MBS) y las obligaciones colateralizadas de deuda (CDO).
La TCER también hace un buen trabajo al prever la resaca de la crisis inmobiliaria. La “sacudida” al sector financiero aumentaría la intensidad del crash y las respuestas masivas a la crisis al estilo keynesiano representan lo contrario de lo que recomienda la TCER. En concreto, la teoría recomienda la respuesta más pequeña posible en lo que se refiere a la política monetaria y fiscal.
Por desgracia, aunque la TCER puede proporcionar una explicación bastante buena a posteriori, los tipos de cambios reales en los que se basa son difíciles de modelar y de conocer por adelantado. Por tanto, aunque sea “real”, en realidad no nos ayuda a entender la realidad. Sin embargo sus implicaciones políticas para una recesión económica son correctas, esencialmente que no hay que hacer nada y hay que dejar que los mercados se liquiden.
IM: ¿Pero no son importantes para el crecimiento y declive económico cosas como la psicología y las regulaciones públicas?
MT: Sería difícil negar que se producen cambios psicológicos en personas y mercados a lo largo del ciclo económico. En una economía en verdadero auge todos ganan dinero y a menudo ganan más de lo que esperaban. Riqueza, renta y salarios crecen a un ritmo muy rápido. La enorme subida en el valor de los activos estimula el consumo desaforado. Igualmente, después de que el auge se convierte en declive la gente empieza primero a negar que haya habido ningún cambio fundamental en la economía.
Sin embargo estas experiencias psicológicas deberían verse como efectos en lugar de como causas.
También sería difícil negar que se producen cambios y sacudidas reales a lo largo del ciclo económico, particularmente durante el auge. La mayoría de los auges y burbujas están en realidad ligados a nuevas tecnologías y sectores y productos concretos. La burbuja inmobiliaria estuvo ligada a las “subprime” y otras innovaciones financieras. La burbuja “tecnológica” o punto com de finales de los 1990, la burbuja japonesa de los 1980, el auge de los 1960 y los felices 20 se extendieron sobre nuevas tecnologías en términos de productos, así como de procesos de producción, distribución y gestión.
IM: ¿Pero la postura austriaca no confía en estas explicaciones?
MT: La teoría austriaca del ciclo económico (TACE) hace la pregunta: “¿por qué?” ¿Cuál es la causa última de este proceso cíclico descrito por estas aproximaciones a la comprensión de los ciclos económicos?
Para responder a esta pregunta, los austriacos miran a los precios. El “precio” que es más importante a nivel macroeconómico es el tipo de interés, ya sea el tipo de interés de los préstamos, interés como retorno de capital o tipo natural de interés basado en preferencias temporales en la economía general. En una economía pura de mercado, el tipo de interés de los préstamos seguiría al tipo natural de interés. Los economistas austriacos han desarrollado una teoría del interés que explica el tipo natural de interés como basado en la preferencia temporal social.
El problema del ciclo económico aparece cuando el tipo de interés de los préstamos difiere del tipo natural de interés. Aunque esta diferencia podría producirse en un sistema de banca libre, la mayor divergencia se produce bajo regímenes de banco central cuando se llevan a cabo grandes reducciones del tipo de interés inyectando dinero en el sistema bancario a lo largo de un periodo largo de tiempo. Así se hace posible un mayor volumen de préstamos. El tipo de interés más bajo aumenta la inversión y el consumo y reduce el ahorro. Estos cambios en la economía proporcionan las condiciones para un auge en la economía. Si los nuevos fondos se canalizan hacia un sector concreto de la economía, podría producirse una burbuja.
Así que el banco central es la causa última del ciclo económico. Sus acciones causan primero cosas como un optimismo excesivo e innovaciones tecnológicas durante el auge que acaban siendo malas inversiones, expectativas dañadas y depresión en el declive.
IM: ¿Así que la TACE ayuda a los economistas a divisar una burbuja?
MT: En 2004 escribí un artículo que demostraba que, usando la TACE, los economistas austriacos fueron capaces de observar la economía de principios de los 2000 y detectar señales de la existencia de una burbuja inmobiliaria donde otros no podían. Y Walter Block ha demostrado que numerosos economistas austriacos y analistas financieros “austriacos” publicaron advertencias sobre una burbuja inmobiliaria. La gran mayoría de los economistas ortodoxos y del gobierno no vieron grandes problemas en la economía en ese momento. De hecho, a medida que nos acercábamos al colapso de la burbuja, había más negaciones de la misma y más afirmaciones de la aparición de un nuevo paradigma.
En realidad, los economistas austriacos tienen un largo historial de descubrir burbujas en la economía. Por ejemplo, apunté aquí que Mises, Hayek y otros economistas austriacos eran conscientes de que los 1920 fue un periodo de condiciones insostenibles de auge y desequilibrios financieros, mientras que Irving Fisher había declarado una estabilidad permanentemente alta y continuaba negando el problema durante el histórico colapso de la bolsa. También descubrí que Hazlitt, Mises y Rothbard hablaban en contra de la política económica del gobierno de EEUU y de los peligros del dólar a finales de la década de 1960, mientras que economistas keynesianos como Arthur Okun, el presidente del Consejo de Asesores del Presidente, declaraban que el ciclo económico había sido derrotado. En el horizonte estaba la defunción de Bretton Woods y la estanflación de los 1970.