Hace poco más de una semana, la deuda nacional de América superaba los 32 billones de dólares. Hasta el viernes de esta semana, ascendía a 32,1 billones de dólares, y las perspectivas de reducir la deuda parecen inexistentes. Esto se debe principalmente al continuo aumento del techo de la deuda y al papel desempeñado por la Reserva Federal en el proceso de creación de dinero.
Según Fox Business, el proyecto de ley fue aprobado la semana pasada:
... permitirá al Gobierno pedir prestado lo que quiera hasta finales de 2024, cuando termina la suspensión del techo de deuda.
Una de las críticas, Maya MacGuineas, presidenta del Comité por un Presupuesto Federal Responsable, se pronunció al respecto, declarando:
Habrá que hacer mucho más para no cargar a las generaciones futuras con una economía más pequeña y una deuda nacional mayor.
Desgraciadamente, ¿hay alguien vivo que recuerde una época en la que existiera un verdadero esfuerzo concertado para evitar cargar a las generaciones futuras con una mayor deuda nacional?
En lugar de ello, la nación se endeuda y el resto del mundo sigue su ejemplo. Un debate significativo sobre la resolución de este problema no puede tomarse en serio si no tiene en cuenta la economía austriaca o el papel de la Reserva Federal.
La última conferencia de prensa del presidente de la Reserva Federal, Powell, no aportó ninguna garantía sobre la resolución de esta crisis nacional. Sin embargo, hizo referencia a la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO) en sus comentarios.
La CBO también dice que la deuda federal será de 52 billones en 2033.
Se prevé que en la próxima década se añada una deuda adicional de 20 billones de dólares, pero esto es muy optimista, por no decir otra cosa. Quizá lo único cierto sea la falta de voluntad para aliviar la carga de las generaciones futuras.
Para mayor confusión, durante la misma rueda de prensa, un periodista planteó la cuestión de la deuda a Powell, preguntándole:
¿En qué momento habla con más firmeza con los legisladores sobre responsabilidad fiscal?
A lo que Powell respondió:
Yo no hago eso. No es mi trabajo. Esperamos que otros responsables políticos respeten nuestra independencia en política monetaria. Y no nos consideramos los jueces de la política fiscal adecuada. Diré, y muchos de mis predecesores lo han dicho, que estamos en una senda fiscal insostenible y que hay que abordarla con el tiempo.
Es extraño, porque hace unos meses, en mayo, tras la decisión de Powell de subir los tipos, parecía bastante de acuerdo con compartir sus ideas sobre la política fiscal. En sus propias palabras:
Desde nuestro punto de vista, sólo diría esto: Es esencial que el techo de la deuda se eleve a tiempo, para que el gobierno de EEUU pueda pagar todas sus facturas a su vencimiento. No hacerlo no tendría precedentes.
Con una deuda nacional de 32 dólares que pasará a 52 billones si todo va según lo previsto, tengan por seguro que las cosas no irán según lo previsto. Es muy probable que en los próximos 10 años la deuda supere con creces la marca prevista de 52 billones de dólares.
Si algo debe quedar claro es que la idea de «planificación central» es uno de los mayores equívocos del mundo, ya que los responsables de las políticas monetarias y fiscales no tienen el menor cuidado ni la capacidad de planificar el futuro.