El presidente de la Fedl, Jerome Powell, ha hablado con dureza y ha hecho fuertes predicciones esta semana. La CNBC informa de que la Fed seguirá subiendo los tipos hasta que la inflación vuelva a un «nivel saludable». En sus propias palabras:
Iremos hasta que sintamos que estamos en un punto en el que podemos decir que las condiciones financieras están en un lugar apropiado, vemos que la inflación está bajando. Iremos hasta ese punto. No habrá ninguna duda al respecto.
No señala ningún objetivo tangible, como qué es un «lugar apropiado», qué barómetro se utiliza para medir el éxito de la bajada de precios o cuánto tiempo llevará. La Fed decidirá cuándo se alcanza el objetivo.
Tomado al pie de la letra, si se requiere una tasa de fondos federales del 18% para bajar los precios a un nivel saludable, sin importar las consecuencias, se avecina mucho dolor. Seguramente debe haber un límite para que la Fed permita que los tipos se disparen. Sin embargo, no es la primera vez que lo menciona. La semana pasada, la CNBC señaló que Powell advirtió que el aumento de los tipos de interés:
...incluyen algo de dolor...
Tanto si uno está vehementemente en contra de las intervenciones de la banca central como si, como la mayoría de la gente, no entiende cómo la banca central va realmente en contra del interés público, todos deberíamos tomar nota.
Al fin y al cabo, está a cargo de la oferta monetaria y de los tipos de interés. Su organización es la principal responsable de la inflación que estamos sufriendo. Es una constatación desafortunada y no tiene por qué ser así. Pero la Fed cumple la doble función de ser la causa y la solución de nuestros problemas monetarios.
Un repaso a más titulares de noticias de la CNBC muestra un tema similar de fatalidad y pesimismo:
El Dow cae 1.100 puntos en su mayor descenso desde 2020, mientras se intensifica la venta de este año en Wall Street
El artículo aborda que esta fue la quinta vez este año que el Dow cayó más de 800 puntos.
Pero eso son sólo noticias bursátiles. La situación alimentaria en el extranjero es algo que también debemos seguir de cerca, como revelan los titulares del Reino Unido:
Los británicos advierten de la «apocalíptica» subida de los precios de los alimentos
Entre precios más altos, porciones más pequeñas y/o escasez de alimentos, sólo podemos esperar que tal dolor «apocalíptico» no llegue a nuestras costas. Hasta ahora, aparte de la escasez de leche de fórmula infantil que se ha visto recientemente en Estados Unidos, la escasez de alimentos es algo que la mayoría de los americanos nunca han experimentado.
Si las cosas no van según lo previsto, quizá podamos aprender de los del Reino Unido, cuya crisis de inflación parece más avanzada que la nuestra:
Una cuarta parte de los británicos ha recurrido a saltarse las comidas, ya que las presiones inflacionistas y el agravamiento de la crisis alimentaria se confunde...
Cuando Powell advierte del dolor que se avecina, por mucho que queramos, no es el momento de dudar.
Es difícil decir cuál sería el resultado más doloroso. Pero un futuro con tipos de interés elevados junto con una alta inflación podría ser uno de los peores. No habrá una salida fácil de esto.