Hoy habría sido el cumpleaños noventa y siete de Murray Rothbard. Fue un amigo inolvidable cuyo inmenso conocimiento de muchos campos diferentes era insuperable, según mi experiencia. En una conferencia sobre la teoría austriaca del ciclo económico, mencionó la objeción común de que la expansión del crédito bancario podría no tener efecto si los inversores anticipaban problemas. Después de la conferencia, le pregunté si Mises había respondido a este punto. Dijo: «Véase su respuesta a Lachmann en Economica, 1943». A menudo iba con él a librerías de libros usados, tanto en Palo Alto como en Manhattan, y le escuchaba comentar casi todos los libros de las estanterías. Cuando estudiaba en Columbia, admiraba al filósofo Ernest Nagel, de quien decía que siempre animaba a los estudiantes a hacer nuevos trabajos. Murray también era así. Animaba constantemente a los estudiantes a trabajar sobre temas austriacos y libertarios. Nunca dejó de apoyarme, y se lo debo todo. Ojalá estuviera aquí para guiarnos e instruirnos.