Algunos economistas planifican centralmente la economía, mientras que otros investigan estrategias de alivio de la pobreza. En un artículo reciente, acertadamente titulado: ¿Alcanzar el «sueño americano»? A lot of it depends on where you grow up, la CNBC informaba de un estudio realizado por académicos de las universidades de Harvard y Brown que revelaba que el barrio en el que uno crece tiene una influencia duradera en el éxito futuro en la vida.
Los resultados se presentaron en una conferencia del Banco Mundial, donde un experto comentó:
Se cree que somos el país del sueño americano, [donde] una vez que empiezas desde abajo, llegas a lo más alto. Pero eso no es realmente lo que vemos.
Según los economistas:
... numerosas variables que definen los barrios —como la calidad de sus distritos escolares, los índices de pobreza y las condiciones que influyen en el capital social de una comunidad— tienen efectos duraderos en los ingresos futuros de los niños.
Lo que se convierte en noticia no es nada nuevo. No hay que ser muy imaginativo para reconocer que una familia criada en un hogar biparental en un barrio acomodado, con acceso a prestigiosos colegios privados, probablemente proporcionará a sus hijos más posibilidades de éxito que un niño que crece en un hogar monoparental, lucha contra la pobreza y asiste a colegios públicos.
Según sus conclusiones:
Los datos muestran que un niño puede ganar de adulto una media de 56.000 dólares si crece en un barrio, frente a sólo 33.000 dólares si lo hace en una zona adyacente.
Algunas de las características de lo que se considera un buen barrio:
... incluyen tasas de pobreza más bajas, una estructura familiar más estable, un mayor capital social y una mejor calidad escolar.
Sin embargo, tal y como lo plantean, parece como si el niño tuviera una gran influencia en la cuestión de su educación:
... un buen barrio puede traducirse en mayores posibilidades de éxito en la edad adulta, también pone de relieve que estar inmerso en estas áreas a una edad temprana es importante ...
Lo que se desprende del estudio es la idea de que el gobierno puede encontrar la manera de ayudar a los marginados mediante estrategias intervencionistas, según se explica:
Estas ideas podrían ayudar a cambiar la tendencia contra el empeoramiento de las tasas de movilidad intergeneracional en los EEUU, informando a los responsables políticos sobre qué decisiones podrían ser las más influyentes en la configuración de las perspectivas de ascenso...
Además de dejar que el libre mercado cree mayores oportunidades para la mayoría, es difícil decir qué podrían hacer exactamente los responsables políticos para mejorar la situación. Sin embargo, una certeza permanece: el sueño americano sigue siendo sólo un sueño para muchos. Los datos indican que muy pocos americanos pobres llegarán a alcanzar la categoría de americanos ricos.
En los EEUU, hay un 13,1% de probabilidad media de que un hijo de padres situados en la mitad inferior de la distribución de ingresos pueda llegar al cuartil superior...
El profesor John Friedman, de la Universidad de Brown, intenta arrojar luz sobre el asunto:
La universidad es mucho más cara que antes, pero sigue siendo la mejor inversión que puede hacer la mayoría de la gente.
Quienes están endeudados con el activo de 1,8 billones de dólares del gobierno de EEUU en préstamos a estudiantes pueden tener una perspectiva diferente.
Una nota final. Cualquier debate serio sobre la pobreza en América, las estrategias de alivio de la pobreza, la movilidad ascendente o el sueño americano, sólo debe tomarse en serio si incluye una crítica honesta de la Reserva Federal. El actual nivel de deuda de 33,7 billones de dólares y el balance de 7,9 billones de dólares de la Reserva Federal, la inflación de los precios, el interminable ciclo de auge y caída, y la próxima crisis económica que se avecina, pueden atribuirse en gran medida a la Fed.
Si alguien quiere mantener un debate serio sobre la desigualdad en América, la Reserva Federal debe formar parte de ese debate.