En 1994, Murray Rothbard publicó el que fue, en mi opinión, uno de sus mejores artículos de todos los tiempos: Tobacco Smokers: America’s Most Persecuted Minority. Una lectura seria del mismo muestra que su preocupación no se refiere únicamente a la pérdida del hábito de fumar tabaco —para el caso, él ni siquiera era fumador—, sino más bien al auge del neopuritanismo de izquierda.
Rothbard escribió mostrando que los neopuritanos de hoy están retorciendo la teología y retorciendo la ciencia y casando ambas para justificar el control de las regulaciones. Para su artículo, mostró cómo hicieron precisamente eso con el tabaquismo, pero también señala:
Si hoy vienen a por el fumador, mañana vendrán a por ti. Si hoy te quitan el cigarrillo, mañana te quitarán la comida basura, los hidratos de carbono, las deliciosas pero «vacías» calorías. Y no creas que tu licor está a salvo tampoco; el neo-prohibicionismo lleva mucho tiempo en marcha, con los «impuestos sobre el pecado» (término revelador, ¿verdad?), la prohibición de la publicidad, el aumento de la edad para beber y las arpías neo-puritanas de MADD. ¿Estás listo para el Reino Nutricional de Izquierda, con todo el mundo obligado a confinar su comida a yogur y tofu y brotes de soja? ¿Estás listo para ser confinado en una jaula, para asegurarte de que tu dieta es perfecta, y de que haces el Ejercicio Obligatorio prescrito? ¿Todo para ser gobernado por una Junta Nacional de Salud de Hillary Clinton?
Casi treinta años después, vemos que esto sigue creciendo como una bola de nieve. Más recientemente, la serie Los Simpson está ajustando su estilo de comedia frente a los neopuritanos de hoy. Desde que Rothbard escribió este artículo, Homer Simpson ha estado estrangulando cómicamente a su hijo Bart para obtener una risa rápida y barata. Sin embargo, recientemente, ha sido eliminado del programa. ¿Por qué lo quitaron? Porque «los tiempos han cambiado».
Esto parece bastante inocente. Después de todo, todos estamos de acuerdo en que estrangular a los niños no es bueno. Sin embargo, el artista de parodias de derecha Seamus Coughlin señaló muy bien el fallo de esta postura: «Los tiempos han cambiado», bromeó, «Me encanta la insinuación de que estrangular a un niño de 10 años se consideraba normal en los 90», y continuó: «’En aquellos tiempos, estrangular era la forma de tratar a un niño revoltoso’» y «Los tiempos han cambiado: el intento de asesinato ya no se considera una respuesta apropiada a un niño que habla de tu ingesta de donas».
¿Realmente han cambiado tanto los tiempos que ahora nos damos cuenta de que los padres no pueden estrangular a sus hijos? Por supuesto que no. Cualquier padre que viera la primera vez que Homer estranguló a Bart reconocería obviamente que fue sólo por comedia y que estrangular activamente a un niño por una broma leve sería inaceptable.
Es la misma situación que con el tabaco o la comida basura. Nadie está disfrutando de una rebanada de pastel o un cigarrillo con la afirmación de que no hay absolutamente ninguna posibilidad de que sea malo para ellos, sin embargo, cuando las miras de los neo puritanos se fijaron en estas actividades, la fusión de la teología retorcida y el científico retorcido actuó como si fuera información totalmente nueva que estas cosas posiblemente podrían ser malas. Ahora bien, esta caricatura es la última de una larga serie de intentos de llevar a la «espeluznante tierra del Puritanismo de Izquierda, de un Reino de Izquierda que propone traer un mundo perfecto libre de tabaco, desigualdad, codicia y pensamientos de odio... en resumen, en la tierra de El Enemigo».
Por tonto que parezca quejarse de que un dibujo animado ya no pueda estrangular a su hijo de dibujos animados, estos pequeños pasos son la forma en que la cultura se desplaza por completo hacia ese Reino de la Izquierda que describió Rothbard. Cada espectáculo que tiene que arrepentirse de sus pecados seculares es cómo los candidatos políticos son lisiados —ya que también han cometido tales pecados seculares de una manera u otra. O cómo los que se resistieron al régimen de COVID también fueron autores de tales pecados seculares. Complacer a los neopuritanos en las pequeñas cosas establece el marco que necesitan en las grandes.
