Derechos humanos y el bien público
Las élites progresistas nos dicen que no poseeremos nada y seremos felices. Olvidan que los derechos humanos fundamentales están vinculados a los derechos de propiedad.
Las élites progresistas nos dicen que no poseeremos nada y seremos felices. Olvidan que los derechos humanos fundamentales están vinculados a los derechos de propiedad.
Pagar la deuda obviamente no sucederá, y los federales ni siquiera contemplarán nada que evite que la deuda aumente. Simplemente tratarán de inflar la deuda, así que prepárense para la inflación de precios.
Aunque la gente suele asociar la propaganda con los regímenes dictatoriales, la educación pública americana ha creado una maquinaria propagandística que Stalin habría envidiado.
«Gobierno» y «Estado» son términos que hoy en día suelen utilizarse como sinónimos. Pero la buena gobernanza y al buena ley no requieren la presencia del Estado y su poder monopolístico.
Aunque los economistas hablan del PIB como una medida legítima de la economía, una mirada más atenta nos dice que está sesgado hacia el gasto de consumo y no da una medida real del valor del capital.
Algunos economistas creen que la balanza de pagos es lo que determina los tipos de cambio. En realidad, los tipos de cambio siempre tienen que ver con el poder adquisitivo de unas monedas en relación con otras.
En 2022, la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, utilizó favores políticos y subvenciones públicas para colocar a miles de trabajadores en puestos de producción de camiones eléctricos. Pero a los consumidores no les interesa.
La política de «una sola China» supone que Taiwán es una provincia fugitiva. Sin embargo, los taiwaneses consideran que su país es soberano, y sus razones tienen fundamento.
Mientras las autoridades políticas sudafricanas persiguen acusaciones de genocidio contra otros países, esos mismos dirigentes destruyen la economía y las infraestructuras básicas de la nación. Se trata de un Estado fallido.
A medida que el sistema bancario de EEUU se vuelve cada vez más inestable, proliferan los llamamientos a una intervención gubernamental aún mayor en la banca y las finanzas. La gente olvida que fue la intervención gubernamental en primer lugar la que causó estas crisis.