Los marxistas tienen un plan para la vivienda: asegurarse de que haya menos disponible
Mientras los gobiernos crean una crisis inmobiliaria, los marxistas piden políticas que empeoren la crisis.
Mientras los gobiernos crean una crisis inmobiliaria, los marxistas piden políticas que empeoren la crisis.
El presidente Biden impulsa un impuesto sobre el patrimonio como medida de «equidad». No sólo es inconstitucional, sino que además es malo para la economía.
La ley bipartidista RESTRICT es nombrada apropiadamente porque restringe la libertad y da poder al Estado.
Políticos como Elizabeth Warren y Alexandria Ocasio-Cortez exigen que los empresarios de éxito paguen impuestos hasta caer en el olvido. Los verdaderos parásitos son los políticos que destruyen riqueza en lugar de crearla.
Mientras Elizabeth Warren y otros agitan la camisa ensangrentada a favor de una mayor regulación bancaria, el problema es que las propias regulaciones bancarias están creando inestabilidad financiera.
Al igual que el panóptico de Bentham, la cultura de cancelación moderna se basa en el miedo y el acoso en línea, haciendo que la gente vigile sus propios pensamientos.
Con el gobierno perjudicando tontamente a las industrias del petróleo y el gas e impulsando otras alternativas, el futuro no es muy brillante.
La delincuencia violenta aumenta en Canadá, y su democracia progresista es incapaz de detenerla. Una mayor potenciación del Estado empeora las cosas.
Mientras los progresistas afirman que la quiebra del Silicon Valley Bank se debió a una regulación deficiente, el verdadero problema es la política de dinero fácil de la Fed.
El dinero político es dinero no sólido, y aunque la civilización no puede existir sin dinero sólido, sí puede prescindir de un gobierno depredador.