¿Puede la civilización sobrevivir sin dinero sólido?
El dinero político es dinero no sólido, y aunque la civilización no puede existir sin dinero sólido, sí puede prescindir de un gobierno depredador.
El dinero político es dinero no sólido, y aunque la civilización no puede existir sin dinero sólido, sí puede prescindir de un gobierno depredador.
Robert Mugabe, en su día presidente vitalicio de Zimbabue, se hizo tristemente famoso por la hiperinflación y la represión política. Hoy se está convirtiendo en el santo patrón de la banca central.
La filósofa Susan Neiman puede ser de izquierda, pero reconoce los peligros del progresismo woke.
Algunos economistas han intentado aplicar la psicología al análisis económico, pero la psicología no es lo que impulsa la actividad económica.
Elizabeth Warren culpa a la falta de regulación de la última crisis bancaria. Pero cree que el régimen de dinero fácil que realmente está causando la crisis está perfectamente bien.
Desde la raza al género, pasando por casi todo lo demás, las decisiones sobre lo que es correcto o incorrecto se toman en función de la política. Esta es una receta para la destrucción social.
El dinero propiamente dicho no es un artificio. Es una «cosa» física de valor, adquirida mediante el trabajo y surgida de las necesidades de los individuos, que mediante intercambios voluntarios determinan su valor.
Muchos gobiernos apoyan la continuación de la guerra en Ucrania, pero la gente común en Europa, América y el mundo en desarrollo teme que la guerra traiga consigo un desastre económico.
Al igual que el pirómano que luego combate heroicamente el incendio que provocó, la Fed está aumentando sus esfuerzos para rescatar a los bancos tanto en su país como en el extranjero. Esto no acaba bien.
Los políticos pregonan el «bipartidismo» —lo que a menudo sólo significa que el bolsillo de uno será más limpio.