La hipótesis del mercado eficiente, muy popular en los círculos de la economía neoclásica, sostiene que los mercados son tan «eficientes» que los beneficios empresariales se generan al azar.
Las finanzas académicas utilizan mucho el modelo de valoración de activos de capital (CAPM), pero ¿es compatible con la economía austriaca? En efecto, los austriacos tienen algo que decir, gracias a Mises y Rothbard y a la teoría austriaca del capital.
Los partidarios de la TMM presentan sus ideas en forma de hidra. Si se derriba una idea, aparece otra igual de absurda. Esto no es casualidad.
A medida que la economía comienza a ralentizarse, los resultados del bombeo de dinero de la Fed se manifiestan en las fusiones y adquisiciones.
Es fácil culpar a los confinamientos de covid-19 del debilitamiento de la economía china, pero eso sería una burda simplificación.
Los Estados siguen buscando nuevas formas de convertir el sistema financiero en un «punto de estrangulamiento económico» que permita al Estado tomar medidas enérgicas contra organizaciones, individuos o actividades específicas.
Los periodos de hiperinflación son también periodos de locura masiva, escribe Robert Blumen.
Bloomberg sugiere que no se debería permitir a los individuos hacer su propia selección de acciones porque no están «cualificados» para tomar tales decisiones. En su lugar, los gobiernos deberían ayudar a dirigir sus elecciones de inversión.
El propósito económico de los mercados de capitales es proporcionar un nexo entre ahorradores y prestatarios para la financiación de la inversión productiva, escribe Robert Blumen.
«En lugar de intentar crear un universo como el de Facebook, dije: “¿Por qué no entramos y compramos las parcelas de estos metaversos, y así podemos convertirnos en los propietarios?"»
