Simples réplicas a las críticas simplistas de la economía austriaca
Los detractores de la economía austriaca suelen afirmar que los acontecimientos económicos reales son demasiado complejos para abordarlos a través del libre mercado.
Los detractores de la economía austriaca suelen afirmar que los acontecimientos económicos reales son demasiado complejos para abordarlos a través del libre mercado.
El axioma de la acción es fundamental en el paradigma de la economía austriaca. Las personas actúan, y lo hacen a propósito. Ese conocimiento por sí solo nos permite construir todo un conjunto de teorías que explican la vida económica.
Cuando la gente habla de «economía de la vieja escuela», generalmente se refiere a la aplicación del pensamiento económico que implica lo que podríamos llamar «sentido común». Eso incluiría permitir que funcione un sistema de precios, proteger la propiedad privada, etcétera. Pero hay más.
Marx construyó su infame teoría laboral del valor sobre la premisa de que el propio trabajo era una mercancía. Sin embargo, como han señalado Mises y otros austriacos, Marx fracasó tanto en la comprensión de la complejidad del trabajo como en las teorías subjetivas del valor.
El Instituto Mises está creando lecciones para que los jóvenes economistas puedan evaluar e interpretar mejor los acontecimientos económicos. Por supuesto, estas lecciones también se aplican a cualquier otra persona que desee formarse mejor en economía.
Los keynesianos son conocidos por utilizar una jerga oscura y confusa para explicar sus ideas falaces. La esperanza es que, cuanto más confuso sea el lenguaje, mayor será la erudición percibida. La buena economía puede y debe explicarse de forma clara y lógica.
Los igualitaristas modernos restan importancia a la idea del libre albedrío, alegando que éste sólo es relevante si los individuos no tienen interferencias en sus elecciones.
La economía dominante moderna basa sus teorías en el utilitarismo. Murray Rothbard, por su parte, consideraba que el derecho económico se basaba en la ley natural. Además, rechazaba el positivismo jurídico de nuestra época, y volvía a atenerse a la ley de la naturaleza.
Murray Rothbard escribió una vez que el igualitarismo es una «revuelta contra la naturaleza». El igualitarismo también puede compararse con una superstición, una creencia que no tiene base en la verdad.
La profesora Tara Smith intenta dejar las cosas claras respecto a Ayn Rand, el Objetivismo y la razón. Por desgracia, como demuestra David Gordon, el análisis de Smith no da en el blanco.