Hay algo que me pareció especialmente extraño en la prohibición por parte de Google de LewRockwell.com de su programa de publicidad. Se trataba de la afirmación de que los artículos de este sitio podrían «socavar la participación o la confianza en el proceso electoral o democrático». Supongo que lo que se quiere decir es que el sitio ha publicado artículos que sugieren que había sustancia en la afirmación del presidente Trump de que le robaron las elecciones. Si la gente cree esto, es menos probable que apoye el proceso electoral. ¿Por qué apoyar un proceso que consideras amañado?
¿Es un argumento sólido? Yo creo que no. Los que dicen que las elecciones presidenciales estuvieron amañadas no suelen querer acabar con las elecciones. Su queja es que no se siguieron los procedimientos electorales adecuados, por ejemplo, que se contaron como votantes a personas que no tenían la identificación adecuada y que en algunos estados, las normas electorales no fueron promulgadas por las legislaturas estatales, como exigen las constituciones de esos estados. No parece razonable decir que las personas con opiniones de este tipo no apoyan el proceso electoral. Más bien, desean hacer cumplir las normas electorales existentes que fueron violadas. Las amplias actividades que estas personas han emprendido para dar a conocer sus acusaciones sugieren que están comprometidas con el proceso electoral, no que se oponen a él. En la medida en que los artículos de LewRockwell.com han llevado a la gente a sostener estas opiniones, entonces, es un error culpar al sitio de socavar la participación en el proceso electoral.
Sin embargo, puede que los que han prohibido el sitio en Google quieran decir otra cosa, y aquí la palabra «confianza» sale a relucir. Puede que quieran decir que los artículos llevan a la gente a desconfiar del proceso electoral tal y como está constituido actualmente. La gente debería rechazar las protestas de los partidarios de Trump y aceptar que la elección de Biden se ajustó a las reglas. Pero, ¿por qué deberían hacerlo? ¿No es la cuestión de la legitimidad de la elección objeto de debate? Si la posición de Google es que, independientemente de que la elección se ajuste a las normas, la gente debe aceptarla, porque de lo contrario perderá la confianza en el proceso electoral, es algo extraordinario. ¿Por qué deberíamos confiar en unas elecciones indebidas? Es una tontería. Seguramente quienes apoyan el «proceso democrático» deberían favorecer las elecciones que se ajustan a las normas.
Pero hay otra forma de entender la queja de Google. La queja puede ser que, tal y como Google ve el asunto, las protestas electorales son tan manifiestamente erróneas que no merecen ser discutidas. Sin embargo, si ese fuera el caso, habría pocas razones para temer un debate público sobre el tema, ya que los absurdos de las protestas podrían ser fácilmente expuestos. Si es así, parece más probable que Google reconozca que las quejas tienen fundamento, o al menos no pueden ser fácilmente despachadas, pero quiere que se supriman. Esto pone en duda su propio compromiso con el proceso electoral.
A lo que he dicho, se podría objetar que Google tiene una escapatoria. Supongamos que las protestas electorales son manifiestamente erróneas y sus defectos se exponen fácilmente. Google puede temer que los lectores del sitio, debido al «sesgo de confirmación», tengan la tendencia irracional de descartar las pruebas que van en contra de las propias opiniones, no lean las refutaciones o, si las miran, las dejen de lado sin considerarlas debidamente. Pero dado el gran control de Google sobre los canales de comunicación, es poco probable que incluso quienes apoyan firmemente las protestas electorales puedan ignorar los puntos en contra de sus afirmaciones y, si éstas son tan absurdas, no parece probable que prevalezca el sesgo de confirmación.
Hay otro problema con la acusación de Google. Parece probable que la mayoría de las personas que encuentran convincentes los artículos de LewRockwell.com sean, incluso antes de leerlos, favorables a ese punto de vista. Parece seguro que la mayoría de los lectores del sitio comparten su punto de vista general. Si es así, no se puede acusar al sitio de socavar la confianza en el actual proceso electoral, pues los lectores ya carecían de ella. Google podría decir entonces que al menos algunas personas que no lo hacían antes podrían llegar a desconfiar del proceso electoral y otras podrían ver reforzadas sus creencias ya existentes. Pero, incluso si eso es cierto, el aumento marginal de la desconfianza no es suficiente para constituir un debilitamiento de la confianza en el proceso electoral, por lo que la acusación fracasa una vez más.
Sin embargo, lo que he dicho hasta ahora no es mi principal razón para encontrar extraña la acusación de Google. Esa razón es la siguiente: si se habla de socavar la confianza en el proceso electoral, esto presupone que la mayoría de la gente confía en el proceso. Si no hay confianza, no hay nada que socavar. Pero, de hecho, la mayoría de la gente ya ve el proceso con grave sospecha. Es cierto que los partidarios de Biden no aceptan las afirmaciones de los partidarios del presidente Trump, pero tampoco confían en el proceso electoral. Acusan a los republicanos de intentar restringir el acceso a las urnas en su propio beneficio. Es un tópico del análisis de la política americana, pero cierto, por lo demás, que nuestro país está polarizado. Prácticamente nadie está satisfecho con los acuerdos electorales existentes. Si esa satisfacción fuera el criterio para poder utilizar el programa de Google Ads, Google tendría que prohibir casi todos los sitios que discuten cuestiones políticas.
Google tiene otra queja, a saber, que LewRockwell.com promueve «afirmaciones perjudiciales para la salud». En este caso, entiendo que el objetivo de Google son los artículos que se oponen a las vacunas covid-19 por considerarlas inseguras e ineficaces. Mi respuesta a esto está en líneas similares a lo que ya he dicho sobre el proceso electoral, así que puedo ser breve. Si las afirmaciones del sitio son manifiestamente erróneas, ¿no deberían ser fáciles de refutar? Si se leen los artículos de LewRockwell.com, se verá que plantean puntos importantes que merecen una cuidadosa consideración en lugar de ser descartados. Este no es el lugar para considerar cuál es la mejor manera de tratar el covid-19, pero me aventuraré a hacer un comentario. Cuando se introdujeron las vacunas, sus partidarios decían que eran muy eficaces para evitar que la gente contrajera la enfermedad —en algunos casos se afirmaba que eran un 99% eficaces— y que eran completamente seguras. Ahora, es «una verdad universalmente reconocida», en la frase de Jane Austen, que la inmunidad desaparece y que muchos han muerto después de tomar las vacunas. Sin duda, no es el momento de bloquear el debate sobre esta cuestión vital.