Socialistas y el Führer: una pareja hecha en el infierno
Los nacionalsocialistas alemanes (nazis) se inspiraron en la URSS y en otros socialistas europeos.
Los nacionalsocialistas alemanes (nazis) se inspiraron en la URSS y en otros socialistas europeos.
Irlanda sufre el mismo tipo de crisis inmobiliaria que ha afectado a los EEUU. No es sorprendente que las crisis en ambos países tengan su origen en la intervención gubernamental emprendida ostensiblemente para hacer la vivienda más asequible.
El nuevo gobierno laborista británico está haciendo lo que siempre hacen los gobiernos de izquierdas: subir los impuestos a todo el mundo, pero fingiendo que sólo los ciudadanos más ricos pagarán más.
Si no se eleva el límite de la deuda, existe al menos una pequeña posibilidad de que algunos de ellos tengan que rendir cuentas en las urnas.
Los académicos modernos no cejan en su empeño de encontrar cualquier matiz que puedan en las obras de Karl Marx, pero pasan por alto los problemas más generales de su obra. Marx estaba vivo y activo cuando los marginalistas desmontaron lógicamente su teoría del valor.
No existe el nacionalismo de izquierda, ya que todo nacionalismo es de izquierda por naturaleza.
En 1940, poco después de que los ejércitos nazis atravesaran Europa y conquistaran Francia, Ludwig von Mises y su esposa, Margit, escaparon a EEUU tras un angustioso viaje por territorio hostil. Esta es su historia.
En Europa, al igual que en Estados Unidos, los gobiernos han decretado que «no hay suficiente» gente que compre VE. Ahora, el gobierno francés quiere obligar a vender más VE.
En un acto escandaloso, el presidente pato cojo Joe Biden da permiso a Ucrania para disparar misiles de fabricación de EEUU contra la propia Rusia. Dada la declaración del presidente Putin de que este ataque es un acto de guerra contra Rusia, las acciones de Biden son claramente temerarias.
Hace 106 años, las partes beligerantes de la Primera Guerra Mundial acordaron un armisticio que puso fin a más de cuatro años de matanzas en las trincheras. Como recordaba Ludwig von Mises, los gobiernos también masacraron sus propias monedas para pagar el derramamiento de sangre.