La víctima de la Gran Depresión
La historia popular dice que el gasto gubernamental masivo —posible gracias al fin del patrón oro— puso fin a la Gran Depresión. Como de costumbre, la historia popular está equivocada.
La historia popular dice que el gasto gubernamental masivo —posible gracias al fin del patrón oro— puso fin a la Gran Depresión. Como de costumbre, la historia popular está equivocada.
Los economistas keynesianos fantasean con que una economía de mercado no puede «ganar tracción» sin planes de «estímulo» por parte del gobierno. Al final, lo único que se estimula son la inflación y la recesión.
El desempleo sigue siendo bajo, pero por razones equivocadas. Unas tasas de desempleo bajas no son señal de que la economía vaya bien.
Desde todos los puntos de vista, la recesión económica que comenzó en 1920 fue peor que la de 1930, pero la economía se recuperó rápidamente en 1921. ¿A qué se debe esta diferencia?
Durante casi dos décadas, las élites comerciales, académicas y políticas han difundido la ficción de que los bancos centrales pueden lograr la prosperidad imprimiendo más dinero. Los mercados desacreditan ahora ese cuento de hadas.
Es probable que una próxima recesión provoque una caída de los precios de los activos. Pero estas caídas de precios no causan las recesiones, sino que son un resultado de ellas.
Si bien un aumento de la oferta de dinero en oro conduciría a un aumento de los precios al consumo, tales aumentos de la oferta de oro no conducen a ciclos de auge-caída.
El Premio Nobel de Economía 2004 fue concedido a dos economistas por su afirmación de que los «shocks tecnológicos» causan ciclos de auge-caída. Están equivocados.
Los americanos creen que la hiperinflación no puede ocurrir aquí. Sin embargo, el gasto público y la creación de dinero están fuera de control, y no hará falta mucho para desencadenar una subida masiva de precios.
Tras seguir políticas hiperkeynesianas durante más de dos décadas, la Fed está a punto de crear las condiciones que los keynesianos afirmaban que eran imposibles: una recesión inflacionista.