El Nobel de la intervención gubernamental: Bernanke y otros premiados por sus teorías defectuosas
El trío de ganadores del Nobel de Economía de este año tiene poco de economía real y mucho de intervención gubernamental.
El trío de ganadores del Nobel de Economía de este año tiene poco de economía real y mucho de intervención gubernamental.
El ex presidente de la Fed, Ben Bernanke, y otros dos economistas han recibido el Nobel de economía este año. Sus trabajos sobre la banca son débiles en cuanto a la causalidad y no reconocen los daños causados por el banco central.
La Fed afirma que una inflación del 2% promueve la «estabilidad de los precios». Sin embargo, esa política también provoca el ciclo de auge y caída, que es cualquier cosa menos estable.
La recuperación sólo es auténtica cuando llega a las masas de individuos. Y la recuperación sólo llega a través de las acciones de los individuos que actúan en un mercado libre.
Los conservadores no han entendido que la culpa de la crisis de los préstamos estudiantiles no la tienen los estudiantes en particular, sino todo el sistema económico-político burocrático.
Los poskeynesianos creen que el capitalismo es internamente inestable, lo que hace necesaria la intervención del banco central. Los austriacos ven esto como un razonamiento retrógrado, ya que las políticas de los bancos centrales para crear crédito de la nada son el problema.
La Fed está aumentando lentamente los tipos de interés con la esperanza de que la economía experimente un «aterrizaje suave». Sin embargo, no hay forma de suavizar los golpes que están a punto de caer sobre la economía.
Paul Krugman argumentó recientemente que la Reserva Federal puede diseñar un «aterrizaje suave» para la economía mientras trata de hacer frente a la inflación. Esta opinión ignora la realidad económica.
La manipulación de las señales del mercado por parte de la Fed socava el proceso de generación de riqueza, ejerciendo así una presión al alza sobre el tipo de interés de preferencia temporal y el tipo de interés de mercado.
La jugada estándar de los keynesianos es aumentar el gasto gubernamental para reducir el desempleo y aumentar el crecimiento económico. He aquí por qué fracasa sistemáticamente.