Educación

Jeffrey Degner hace una reseña de «Indebted: How Families Make College Work at Any Cost» de Caitlin Zaloom y encuentra que mientras el enfoque antropológico llevó a anécdotas interesantes, la economía de Zaloom se queda corta.

El pánico por el virus COVID-19 ha llevado al cierre de muchas escuelas y a nuevas incursiones en la educación fuera del sistema escolar del gobierno. Muchos se darán cuenta de que no necesitan las escuelas del Estado en absoluto.

Para muchos padres, el actual cierre de las escuelas públicas sólo reforzará las crecientes sospechas de que las escuelas públicas ya no valen la pena. Tal vez nunca lo valieron.

Expertos como Anthony Fauci son expertos sólo en el estrecho campo de su especialidad. No tienen casi ningún conocimiento o experiencia en otros campos, incluyendo (aparentemente) los fundamentos de cómo funcionan las sociedades humanas.

Los empresarios tienen nuevas formas de servir a los mercados establecidos, pero las grandes instituciones seguirán con lo que ha funcionado en el pasado siempre y cuando siga funcionando en el presente. El cambio radical sólo ocurre en una emergencia. Para la universidad británica ese momento ya ha llegado.

El gobierno federal debe acompañar cualquier perdón de préstamos con la revocación de todos los programas de subsidio y garantía de préstamos. Cualquier otra cosa sería una fórmula para socializar la educación superior.

El Distrito Escolar del Condado de Clark se evaluó a sí mismo, y determinó que todos los maestros y administradores están haciendo un gran trabajo –y por cierto, el sindicato merece más dinero.

El profesor Bylund habla de su Suecia natal, y de por qué no podemos entender la economía sin entender al empresario, y de cómo el empresario es absolutamente central y esencial para una economía en crecimiento.

Un beneficio central del mercado es la capacidad de elegir los productos y servicios que los «expertos» nos dicen que no son «los mejores».

La enseñanza de la literatura ha cambiado ahora que las humanidades se han convertido en una especie de lo que se conoce como estudios de quejas, preocupados por si un determinado autor es sexista o racista o clasista. Este es un cambio cultural en la educación, y no para mejor.