Historia de EEUU

Aunque los horrores de la trata transatlántica de esclavos están bien documentados, no sólo los traficantes y esclavistas se beneficiaron de ella, con resultados sorprendentes.

Una vez que los estados del Sur aceptaron la Decimotercera Enmienda, Lincoln se contentó con que las viejas élites sureñas retomaran sus posiciones de poder y con que muchos negros continuaran en una condición poco mejor que la esclavitud.

Las actuales crisis bancarias tienen profundas raíces en la historia financiera de los EEUU. Las autoridades monetarias han mantenido un comportamiento inflacionista durante más de cien años.

Hoy es el aniversario 30 de la masacre de Waco, en la que los medios y el gobierno se felicitaron mutuamente al absolver al FBI de cualquier delito. Nada ha cambiado desde entonces.

Para la gente normal, la idea de que estalle la paz en Oriente Medio es algo maravilloso. Pero Washington es cualquier cosa menos normal.

Tanto la derecha como la izquierda piden un divorcio nacional amistoso. En realidad, los estados nunca estuvieron «amarrados», al menos no según cualquier definición plausible de matrimonio.

Quizá el mito keynesiano más pernicioso sea que una economía de mercado necesita guerras para mantener el pleno empleo. Las guerras no estimulan la economía; ellas la deprimen.

Hace una generación, cayó el Muro de Berlín y se hundió la URSS. Hoy, las autoridades monetarias de los EEUU están derrumbando nuestro propio país.

David Gordon explora cómo la opinión declarada de Abraham Lincoln sobre la secesión era fundamentalmente hobbesiana, cínica y violenta.

Lo único que salva a los ciudadanos de unos precios mucho más altos es el hecho de que el mecanismo de transmisión de la política monetaria es independiente y diversificado. Imaginemos que esa transmisión fuera directa y tuviera un único canal, el propio banco central.