Albert Einstein y la locura de las simpatías marxistas
Cuando los grandes se equivocan, suelen equivocarse mucho. Tal fue el caso de Albert Einstein, que dominaba la física cuántica pero cuya visión de la economía era, bueno, poco científica.
Cuando los grandes se equivocan, suelen equivocarse mucho. Tal fue el caso de Albert Einstein, que dominaba la física cuántica pero cuya visión de la economía era, bueno, poco científica.
Un signo de una sociedad en descomposición es que sus leyes se convierten cada vez más en herramientas políticas. La última ronda implica a los demócratas que intentan utilizar el derecho penal de una forma muy cuestionable para tratar de meter a Donald Trump en la cárcel.
A medida que la cultura americana se ve dominada por el feminismo militante, surge un nuevo grupo de votantes disidentes: los jóvenes votantes masculinos. Son hombres jóvenes que creen que el sistema está en su contra, y por eso les atrae el populismo de Trump.
Cuando los banqueros pidieron un banco central en los EEUU, afirmaron que sólo querían una forma de detener las avalanchas bancarias. Resulta que querían —y consiguieron— mucho más. El resultado es un régimen permanente de inflación y burbujas de activos.
Democracia, al menos la «democracia» que garantiza la elección de las «personas adecuadas», es la religión de los progresistas americanos. Sin embargo, a pesar de sus fracasos, afirman que la democracia es el Santo Grial de la gobernanza. Por qué la gente cree esto es otra cuestión.
Como señaló Murray Rothbard, la libertad de asociación es un derecho fundamental, él lo llamaba un «subconjunto de los derechos de propiedad privada». Desgraciadamente, nuestra moderna cultura de la cancelación ha atentado contra este derecho.
Se aprobó en 1972, el fue aclamado como una forma de garantizar que las mujeres de los campus universitarios recibieran el mismo trato que los hombres. En la actualidad, Título IX es una pesadilla burocrática que destruye las garantías procesales y crea una atmósfera tiránica en los campus.
¿Podría el gobierno federal de América socavar deliberadamente los esfuerzos de recuperación para tratar de alcanzar sus propios fines políticos deseados? Por supuesto que sí.
Los gobiernos occidentales se afanan en perseguir los «delitos de odio» y criminalizar lo que llaman «símbolos de odio». Sin embargo, estos gobiernos se reservan la forma de definir el «odio», que no es más que un ataque a la libertad de expresión.
Los reguladores de la Unión Europea quieren hacer creer a la gente que la «mano muerta» de la regulación gubernamental en realidad fomenta la competencia. Lo único que fomentan sus acciones es más poder gubernamental.