Ninguna sorpresa: Wall Street quiere elevar la tasa de inflación por encima del 2%
Hace 26 años, el debate giraba en torno a la conveniencia de elevar la tasa de inflación objetivo de cero al 2%. Ahora nos dicen que debería ser del 4% o del 6%.
Hace 26 años, el debate giraba en torno a la conveniencia de elevar la tasa de inflación objetivo de cero al 2%. Ahora nos dicen que debería ser del 4% o del 6%.
La producción de energía en los EUA y en otros países tiene problemas debido al control gubernamental. Necesitamos más energía y menos regulación.
Durante casi dos décadas, las élites comerciales, académicas y políticas han difundido la ficción de que los bancos centrales pueden lograr la prosperidad imprimiendo más dinero. Los mercados desacreditan ahora ese cuento de hadas.
Beijing debe de estar muy contento. Gracias a la «limitación de precios», el gigante asiático se asegurará un suministro a largo plazo a un precio atractivo desde Rusia y venderá productos refinados a nivel mundial con mayores márgenes.
Difícilmente puede imaginarse una herramienta de control social mejor que una moneda digital. No es de extrañar que las autoridades monetarias de los EEUU vayan en esa dirección.
Incluso si aceptamos la dudosa afirmación de que la supuesta fuerza de la URSS justificaba la política nuclear, es absurdo hacer la misma afirmación sobre la Rusia moderna.
A los inversores no debería importarles si la Fed pivota o no si analizan las oportunidades de inversión basándose en los fundamentales y no en el gas hilarante monetario.
Cuanto más entendemos la teoría racial crítica, más comprendemos que no es compatible con una sociedad libre.
Parece haber un desfase de seis millones de hombres entre el número de hombres en la franja de edad óptima —edad 25-54— y el número de esos hombres que realmente forman parte de la población activa.
Los progresistas parecen creer que mejoramos los resultados sanitarios gastando más. Esta es una receta para el fracaso.