Estalla la paz en Oriente Medio... ¡y Washington no está contento!
Para la gente normal, la idea de que estalle la paz en Oriente Medio es algo maravilloso. Pero Washington es cualquier cosa menos normal.
Para la gente normal, la idea de que estalle la paz en Oriente Medio es algo maravilloso. Pero Washington es cualquier cosa menos normal.
Quizá el mito keynesiano más pernicioso sea que una economía de mercado necesita guerras para mantener el pleno empleo. Las guerras no estimulan la economía; ellas la deprimen.
La mayoría de los historiadores occidentales afirman que la Primera Guerra Mundial se produjo por la agresión de Alemania y Austria-Hungría. Sin embargo, Gran Bretaña y sus aliados del ANZAC no fueron espectadores inocentes.
El senador Lindsey Graham pidió recientemente una intervención militar de EEUU en México para luchar contra los cárteles de la droga. Alguien tiene que recordarle que México es un país soberano.
Las bajas tasas de reenganche militar en los EUA se presentan como una crisis inminente. Quizá esta situación debería hacernos más optimistas sobre nuestro futuro.
Donald Trump paga legalmente un dinero por silencio y los fiscales intentan fabricar un delito a partir de ello. Sin embargo, si un presidente miente y miles de personas mueren, se llama política exterior.
La ley bipartidista RESTRICT es nombrada apropiadamente porque restringe la libertad y da poder al Estado.
Incluso un debilitamiento parcial de la demanda global del dólar limitará la capacidad del régimen de EEUU para hacer valer su peso a escala internacional. Sin embargo, Washington no está dispuesto a hacer lo necesario para evitarlo.
Muchos gobiernos apoyan la continuación de la guerra en Ucrania, pero la gente común en Europa, América y el mundo en desarrollo teme que la guerra traiga consigo un desastre económico.
Al igual que el pirómano que luego combate heroicamente el incendio que provocó, la Fed está aumentando sus esfuerzos para rescatar a los bancos tanto en su país como en el extranjero. Esto no acaba bien.