Sostengo que los ingenuos que se niegan obstinadamente a examinar la interacción de los intereses políticos y económicos en el gobierno están tirando por la borda una herramienta esencial para analizar el mundo en que vivimos.
El patrón oro clásico trajo consigo el surgimiento de los bancos centrales y la «estandarización» monetaria impuesta por el Estado. Esto sentó las bases para los posteriores desastres monetarios.
La «ciencia» es ahora indistinguible de la política. Como demostró la histeria de la «lluvia ácida» en los años 70 y 80, «seguir la ciencia» es sólo un eslogan político, sin relación con la ciencia real.
Con su nuevo proyecto de ley, la diputada Ann Kuster quiere «reforzar y acelerar nuestro despliegue de vacunas a nivel nacional» mediante el seguimiento del estado de vacunación de cada americano.
Me sorprendió la cantidad de déspotas que el Banco Mundial estaba apuntalando. Financiar a los tiranos es el equivalente a una Ley de Esclavos Fugitivos para toda una nación, impidiendo una fuga masiva de víctimas políticas.
No sé hasta qué punto los mandatos de vacunación han influido en el éxodo masivo de la población activa, pero sí sé que es importante considerar la posibilidad de que ambos estén correlacionados.
Joe Biden cree que, a menos que haya una intervención generalizada del gobierno en la economía, la desigualdad económica «engendra y fermenta la discordia política y revoluciones básicas».
California ha anunciado que pretende convertirse en un «estado santuario» para el aborto en caso de que la Corte Suprema anule Roe v Wade. Es decir, la situación volvería a ser como antes de 1973.
Un factor importante detrás del éxito electoral de Youngkin en Virginia: el votante rural y su reacción a la extralimitación de Richmond en materia de armas, escuelas y poder político centralizado.
Amiguismo: cuando el gobierno aprueba políticas para beneficiar a políticos con intereses especiales, burócratas, empresas y otros grupos a expensas del público en general.
