Buena lógica previene mala regulación
Gran parte de la regulación gubernamental —y especialmente la que vimos durante la era covid— es francamente ilógica y produce resultados dañinos. Quizá convenga un poco de lógica.
Gran parte de la regulación gubernamental —y especialmente la que vimos durante la era covid— es francamente ilógica y produce resultados dañinos. Quizá convenga un poco de lógica.
Aunque el creador de la teoría del portafolio moderna fue galardonado con un Premio Nobel, eso no significa que la teoría no tenga fallos. De hecho, explica muy poco sobre las inversiones.
Mientras las NU impulsa su defectuosa agenda climática, corre el riesgo de convertir los actuales conflictos internacionales en otros mayores. Al empobrecer a la mayoría de la población mundial, las restricciones económicas en nombre de la lucha contra el cambio climático tendrán graves repercusiones.
El economista Antony C. Sutton comprendió una de las verdades económicas más fundamentales: el oro es dinero. Thorsten Polleit analiza el libro clásico de Sutton, The War on Gold.
El famoso Cinturón del Maíz de América debería conocerse mejor como el Cinturón del Subsidio de la nación.
Gracias a la intervención de la Reserva Federal, los pisos y edificios de apartamentos se han convertido en gigantescas malinversiones. Una vez más, una entidad federal interviene en los mercados supuestamente para que funcionen mejor, pero las cosas acaban en crisis.
Los progresistas creen que la intervención del gobierno en la economía es necesaria para promover tanto la eficiencia como la equidad. En realidad, la intervención no logra ni lo uno ni lo otro.
El gobierno intervino en las hipotecas para subvencionar a los compradores de viviendas y hacer más «asequible» la propiedad de la vivienda. Como ocurre con la mayoría de las intervenciones, los resultados han sido contraproducentes, ya que los precios de la vivienda y los tipos hipotecarios se han disparado.
En El Mago de Oz, Dorothy y sus amigos tenían que preocuparse de animales salvajes y brujas malvadas. Hoy, los americanos se enfrentan a un enemigo mucho más formidable: su propio gobierno derrochador.
América está vaciando su economía por la deuda federal de forma similar a como las granjas y ciudades americanas están vaciando los acuíferos de la nación. No podemos sostener estas pérdidas mucho más tiempo.