Razón versus emoción en economía: una respuesta praxeológica
El campo de la economía conductista resta importancia al papel de la praxeología intencionada en la economía. La economía austriaca no comete ese error.
El campo de la economía conductista resta importancia al papel de la praxeología intencionada en la economía. La economía austriaca no comete ese error.
La valoración subjetiva, que es el corazón del pensamiento económico austriaco, no es lo mismo que la opinión de alguien.
El pensamiento económico popular sostiene que el gasto de los consumidores es el motor más importante de la economía. En realidad, la demanda no puede existir sin que antes se suministre algo.
Gran parte de la teoría económica neoclásica moderna depende de supuestos que no reflejan las condiciones del mundo real. Los economistas austriacos, sin embargo, saben que los supuestos realistas importan.
Mientras que F.A. Hayek es conocido por su término «orden espontáneo», Mises consideraba que el desarrollo institucional procedía del crecimiento de la comprensión humana de las cosas.
El cálculo económico no es una proposición de lo uno o lo otro. Incluso en las llamadas economías de mercado, como la de los EEUU, hay mucha intervención gubernamental que distorsiona los procesos de mercado.
El filósofo Michael Huemer plantea un desafío a la metodología del a priori, pero David Gordon responde al timbre.
La acción más sencilla de la economía —el intercambio voluntario mutuamente beneficioso— es también la más profunda. Las personas se sirven mutuamente al tiempo que mejoran su propia suerte en la vida.
Una de las doctrinas estándar de la economía dominante es que los supuestos de un modelo no tienen por qué reflejar la realidad. La economía austriaca está en total desacuerdo.
Los economistas austriacos llevan mucho tiempo destacando la importancia de la preferencia temporal en la determinación de los tipos de interés y la dirección de la economía. He aquí más pruebas de por qué es cierto.