Amiguismo y revisionismo histórico
En este episodio de Radio Rothbard, Ryan McMaken y Tho Bishop están acompañados por Patrick Newman.
En este episodio de Radio Rothbard, Ryan McMaken y Tho Bishop están acompañados por Patrick Newman.
En una nueva Guerra Fría, Matthew Kroenig y Dan Negrea han escrito un nuevo libro, We Win, They Lose: Republican Foreign Policy and the New Cold War, que intenta fusionar las políticas exteriores de Ronald Reagan y Donald Trump. El resultado es un Frankenstein de la política exterior.
Uno de los resultados de la Guerra Civil americana fue el movimiento hacia la centralización del poder político en Washington. El régimen de Reconstrucción impuesto a los antiguos estados confederados tras la guerra fue un intento manifiesto de imponer aún más el poder federal en ellos.
En los últimos cuatro años se han derribado o retirado varios monumentos en honor a la Confederación. Sin embargo, como hemos visto antes, el activismo que hay detrás de este movimiento no se limitará a retirar los símbolos confederados.
Observando la «estrategia» inflacionista de la Reserva Federal de promulgar repetidos «estímulos» y crear burbujas de activos, uno recuerda al «culto del cargo» en el Pacífico Sur tras el final de la Segunda Guerra Mundial.
En la época actual de denuncia del «colonialismo», necesitamos comprender mejor qué fue el imperialismo y por qué surgió. David Gordon critica el relato de Joseph Schumpeter sobre el imperialismo occidental de los siglos XIX y XX.
La creencia generalizada que la esclavitud consistía en obtener «mano de obra barata», pero es lejos de la realidad. La esclavitud conlleva altos costos de oportunidad, por la cual los propietarios de esclavos dependían normativas gubernamentales para subvencionar su «peculiar institución.»
Joshua Mawhorter sostiene que la esclavitud persistió en gran medida debido a la intervención del gobierno y no a los mecanismos del libre mercado.
Casi cuarto de siglo después del 9-11, los americanos siguen recibiendo mentiras sobre lo que ocurrió. Sin embargo, algo que es evidente es que, aunque los saudíes participaron en los secuestros, los funcionarios de EEUU están más cerca que nunca del gobierno saudí y de sus operativos.
Los historiadores académicos y los archiveros han sido capturados por la izquierda dura y la industria de la DEI. Las tendencias actuales no sólo los convierten en malos historiadores, sino también en personas intolerantes. Mises lo sabía mejor.