Proteccionismo y libre comercio

El presidente Trump afirma que los aranceles crearon riqueza americana. La verdad es que los aranceles no pueden crear riqueza en absoluto, solo destruirla.

Los medios de comunicación están haciendo girar la historia como una patata caliente política: ¿puede el aumento de los aranceles compensar las futuras pérdidas de ingresos por la ampliación de las reducciones del impuesto sobre la renta del primer mandato del presidente Trump?

Los sistemas comerciales del mundo están quebrados, gracias a las monedas fiduciarias y al imprudente gasto deficitario del gobierno de los EEUU. Hay una salida; se llama saldar cuentas en oro, lo que obligaría a recuperar la cordura fiscal.

El presidente Trump está imponiendo aranceles elevados sin el consentimiento del Congreso, a pesar de que la Constitución de los EEUU solo otorga al Congreso la potestad de fijar las tasas impositivas. Es hora de que el Congreso deje de redelegar sus poderes legalmente delegados.

O bien los aranceles aumentan los ingresos procedentes de las importaciones extranjeras o bien encarecen las importaciones lo suficiente como para proteger a los productores nacionales, pero no ambas cosas. Los aranceles no tienen nada de mágico. Son impuestos y los pagas tú.

Los aranceles bloquean el proceso de descubrimiento empresarial, esencial para el progreso. Los aranceles y las políticas proteccionistas son perjudiciales en todos los sentidos.

Sea como fuere, la Ley de desvinculación de las capacidades de Inteligencia Artificial de América de China se traduce en otro ejemplo de atroz extralimitación de la autoridad gubernamental.

¿Qué determina los tipos de cambio? Aunque los «expertos» presentan una serie de teorías, como la balanza comercial, el factor más importante es el poder adquisitivo de las divisas en cuestión.

Bob analiza las recientes declaraciones del presidente Trump alabando la capacidad recaudatoria de los aranceles. 

Naciones africanas como Nigeria y Kenia necesitan desesperadamente economías de mercado y liberarse del socialismo y el estatismo que infectan a la élite gobernante de ese continente.