En defensa del radicalismo del libre mercado
Dadas estas realidades de poder estatal e intervención económica, la única postura razonable para quienes aprecian la libertad y la prosperidad es la radical: una economía de mercado pura.
Dadas estas realidades de poder estatal e intervención económica, la única postura razonable para quienes aprecian la libertad y la prosperidad es la radical: una economía de mercado pura.
Si el presidente Trump está buscando una agencia federal para abolir, no necesita mirar más allá de la mal llamada Oficina de Protección Financiera del Consumidor.
El presidente Donald Trump ha pedido abiertamente que los EEUU se anexione Groenlandia. Sin embargo, los habitantes de Groenlandia no quieren formar parte del imperio de los EEUU. Por desgracia, este es otro capítulo de la triste historia de las adquisiciones de EEUU.
La secesión de California no convertiría a los EEUU en un paraíso del laissez-faire, pero el cambio positivo sería inmenso.
La imaginación es un aspecto clave del pensamiento abstracto y de la economía. Sin embargo, muchos suponen falazmente que la incapacidad de imaginar cómo funcionaría algo en un mercado libre exige que el Estado lo proporcione. Se trata de un salto lógico injustificado.
Naciones africanas como Nigeria y Kenia necesitan desesperadamente economías de mercado y liberarse del socialismo y el estatismo que infectan a la élite gobernante de ese continente.
Los políticos californianos están en un estado de negación mientras incendios forestales mortales arden fuera de control en todo el estado, el último en Los Ángeles. Su negacionismo ante los hechos reales demuestra que, políticamente, California se ha convertido en La-La Land.
Los impuestos arancelarios proteccionistas no son más que una conspiración de fijación de precios orquestada por el Estado que enriquece a un grupo relativamente pequeño de empresas con conexiones políticas.
Cuando parecía que Europa central sucumbiría a los terrores del bolchevismo, Mises escribió su libro clásico, Socialismo, convenciendo a los austriacos de que el socialismo era destructivo. Mises influyó en F.A. Hayek, cuyo libro Camino de servidumbre tuvo efectos similares en EEUU.
Dificultar los negocios con los americanos no es la forma de ayudar a los trabajadores domésticos, a las pequeñas empresas y a todos los demás habitantes de América Central que han sido estafados por nuestro actual sistema político.