El presidente Trump está imponiendo aranceles elevados sin el consentimiento del Congreso, a pesar de que la Constitución de los EEUU solo otorga al Congreso la potestad de fijar las tasas impositivas. Es hora de que el Congreso deje de redelegar sus poderes legalmente delegados.
En un mundo posterior a la Guerra Fría, existe la oportunidad de encontrar ideas útiles incluso entre la Nueva Derecha que Rothbard detestaba. The Managerial Revolution, de James Burnham, aportó puntos importantes sobre la relación entre el gobierno y las empresas.
Sea como fuere, la Ley de desvinculación de las capacidades de Inteligencia Artificial de América de China se traduce en otro ejemplo de atroz extralimitación de la autoridad gubernamental.
Mientras Musk se enfrenta a las agencias federales, el establishment de Washington intenta tacharle de plutócrata no electo que usa el gobierno para ayudarse a sí mismo y a otros ricos a expensas de los pobres. Pero estos calificativos se aplican con mucha precisión al propio establishment.
Los precios de la carne de res vuelven a subir debido a la intervención del gobierno en el sistema monetario y en la regulación de la industria de la carne de res. Al caer el consumo de carne de res en América, toda la industria está en apuros.
Los economistas de la corriente dominante y los medios nos «advierten» de los peligros de la «desigualdad de ingresos». Pero, ¿es realmente la desigualdad de ingresos un problema económico y social, o se trata de una falsa crisis más urdida por las élites intelectuales y gobernantes?
La economía está estancada, la regulación ha impedido al mercado crear el crecimiento que impulsa a la sociedad hacia adelante, y sin embargo el gobierno pregunta a los reguladores cómo crear crecimiento. Sería mejor preguntar al hachero cuál es la mejor manera de sobrevivir sin cabeza.
Tras el accidente aéreo de la semana pasada en Washington, la FAA está recibiendo un escrutinio adicional. Sin embargo, el verdadero problema de la FAA es que es una entidad política, quiere decir que los objetivos políticos determinarán su estructura de capital y prácticas de contratación.
Toda ley o reglamento conlleva un coste económico que no puede ignorarse ni predecirse con precisión, alterando los incentivos económicos y ahogando la innovación y el emprendimiento.
El principal problema de los intentos del gobierno federal por regular el medio ambiente es que —como ocurre con todas las cosas en las que interviene el gobierno federal— existe un alto grado de corrupción, ineficacia y, en general, inviabilidad inherente a sus planteamientos.
