Bye Bye Willie: el buscador de rentas político
Las leyes de propiedad intelectual son otro ejemplo de cómo el gobierno ahoga la innovación y la competencia.
Las leyes de propiedad intelectual son otro ejemplo de cómo el gobierno ahoga la innovación y la competencia.
Todos hemos vivido alguna vez el cierre de una carretera gubernamental y las pesadillas de tráfico y seguridad que genera. Las carreteras privadas pueden ser la solución al problema.
Algunos críticos del mercado afirman que los mercados sólo son eficaces en condiciones casi imposibles de competencia perfecta, entre otras críticas. Deirdre McCloskey aborda estas cuestiones y otras más, como señala David Gordon en esta reseña.
Aunque las leyes de zonificación no explican todo el sinhogarismo en este país, contribuyen a que la vivienda sea menos asequible, poniendo en la calle a más personas que ya no pueden pagar un lugar donde vivir.
David Gordon explica la famosa afirmación de Murray Rothbard de que las leyes contra el líbelo y la calumnia no deberían existir.
Mientras que Murray Rothbard creía que la autopropiedad constituía la base de los derechos de propiedad privada, otros filósofos no están de acuerdo.
La reciente orden ejecutiva de la gobernadora de Nuevo México suspendiendo los derechos de armas en parte del estado demuestra no sólo su ignorancia de la ley, sino también su mayor ignorancia del origen de los derechos.
La respuesta habitual es que el humo ajeno es malo. Pero si el valor es subjetivo, quizá el tabaquismo pasivo también pueda considerarse un bien público.
¿Tenemos derecho a la luz del sol? ¿Cómo hacemos valer esos derechos? Murray Rothbard provee algunas respuestas.
¿Qué opinión nos merece la propiedad gubernamental de los recursos naturales? ¿Se puede argumentar a favor de la colonización? Por lo general, no.