Cometiendo violencia doméstica contra los hombres... sólo por una risita
La violencia doméstica es una mancha en la sociedad, pero es peor si sólo nos preocupamos de la violencia cometida contra personas de un mismo sexo.
La violencia doméstica es una mancha en la sociedad, pero es peor si sólo nos preocupamos de la violencia cometida contra personas de un mismo sexo.
Como tantas otras tribus indias, los cheroquis descubrieron que el gobierno de EEUU tiene la manía de incumplir sus propios tratados.
La orden ejecutiva del presidente Biden para promover el transgenerismo en los campus universitarios eviscera las protecciones procesales de larga data para los estudiantes acusados. Esto no acabará bien.
Políticos y simpatizantes Demócratas jalean la imputación de Trump, pero todo el proceso se ha politizado tanto que su legitimidad es fácilmente cuestionable.
En nombre de la «equidad», las dos escuelas de leyes más prestigiosas del país están cambiando las normas de admisión y mucho más.
Gracias a las leyes de derechos de autor, el patrimonio de Roald Dahl no sólo puede reescribir sus libros, sino que también puede prohibir las versiones antiguas. Sólo los libros de dominio público están a salvo.
Los progresistas que exigen que el gobierno condone la deuda estudiantil olvidan que los préstamos estudiantiles fueron concedidos voluntariamente por estudiantes que prometieron devolver lo que debían.
En nombre de la «protección de los trabajadores», los legisladores progresistas dejan a la gente sin trabajo. Por su propio bien, claro.
Mientras se producen automóviles y otros productos manufacturados de alta calidad en el sureste, los estados del noreste, como Nueva York, se están quedando atrás, gracias a la gobernanza progresista.
Biden quiere poner en marcha otra prohibición de las armas de «asalto». Sus partidarios afirman que reducirá el crimen, pero no lo hará.